11 meneos
154 clics
Una molécula prodigiosa (II)
Cuando Albert Hofmann -que andaba investigando sobre los alcaloides del cornezuelo de centeno-, tropezó en 1943 con lo que él mismo llamó LSD-25 y se intoxicó por contacto con esta sustancia, supo inmediatamente que había descubierto algo muy importante, algo disruptivo
|
comentarios cerrados