A principios de los años 90, durante la campaña presidencial de Bill Clinton, el consultor político James Carville hizo fortuna con aquella máxima de “Es la economía, estúpido”. Hoy, tres décadas después, al eslogan podría sumársele una coletilla a nivel local: son las finanzas… y también el clima. Conscientes del impacto de las conocidas como “islas de calor urbano”, las acumulaciones de temperatura generadas en las grandes metrópolis por factores como la abundancia de materiales que absorben la radiación solar, la escasez de zonas verdes […].