Cáncer, diabetes, esquizofrenia, infarto o inflamación crónica son algunas de las enfermedades cuyo riesgo crece con la pobreza. La razón podría estar en el epigenoma o cómo el ambiente modifica nuestro ADN. Crecer en un entorno desfavorecido "confiere mayor riesgo de sufrir enfermedades y menor probabilidad de superarlas. Al parecer, el ambiente puede dejarnos una huella molecular duradera a nivel genético, con consecuencias para la salud en la vida adulta.