La capacidad social de los perros se ve afectada por genes que también parecen influir en el comportamiento humano, según un nuevo estudio de la Universidad de Linköping, en Suecia. Los autores han encontrado una relación entre cinco genes diferentes y la capacidad de los perros para interactuar con los seres humanos, y cuatro de ellos están también relacionados con los trastornos sociales en los seres humanos, por ejemplo, el autismo.