Ningún arma ha sido más efectiva que la guerra para diezmar el patrimonio arquitectónico de las ciudades. Pero no es la única amenaza. El homo economicus también ha tenido su papel en la destrucción de algunas joyas arquitectónicas arrasadas principalmente por la avaricia. (...) Entre un mar de edificios anodinos, había un inmueble que llamaba la atención por su original fisonomía en la entrada a la autovía a Zaragoza en Madrid. A un lado de la carretera se erigía una pequeña torre denominada la Pagoda.
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www.youtube.com/watch?v=DodHCW-_wGg&feature=kp
No son joyas arquitectónicas, pero desde luego eran edificios bastante mejores de los que tenemos ahora
Muchos de los que tanto se lamentan por la piqueta en los 60s y 70s no hacen nada para salvar más naves de esos talleres.
Es una pena, era precioso.
#6 Llámame raro pero hay algunos edificios que me gustan (además de que representan una época y un pensamiento). Me recuerdan a los Citroën de los 80, sobre todo al BX.
#4 me encanta el goticismo neoyorquino, el Woolworth, el GE... Las últimas catedrales.
Un buen ejemplo es el Pº Sagasta, toda una avenida llena de casas modernistas que se fueron derribando sin piedad y de las que quedan 4 o 5 afortunadamente.
O todos los edificios renacentistas que se han tirado con la mayor alegría o que se han abandonado, o terminado dentro de Ibercaja tras tirar el palacio, como el patio de la Infanta...
Si queréis ver una colección de barbaridades podéis consultar el blog de la Asociación de Defensa del Patrimonio Aragonés y su encomiable labor.
apudepa.blogia.com/