«¡La mayor felicidad en la vida humana es vencer a los enemigos y perseguirlos! ¡Cabalgar sus caballos y quitarles todo lo que poseen! ¡Hacer que vean, bañados en lágrimas, los rostros de los seres que les fueron queridos y estrechar los brazos a sus mujeres e hijas!», afirmó en cierta ocasión Genghis Khan, el Hijo del Cielo, el caudillo mongol que declaró la guerra a las ciudades, lugares habitadas, según él, por seres humanos débiles y mediocres.
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Para eso hay que tener novia.
Obviamente, Genghis Khan adaptó la versión del bueno de Conan.
Con los árabes les pasó lo mismo. Al principio hicieron enormes destrozos, pero los mamelucos egipcios los destrozaron en todos los intentos de invadirlos en las década de 1260. Asi que a los mongoles no les quedó otra que asentarse mejor en rusia, china y en continuar sus conquistas hacia el este... hasta los dos desastres contra japón en 1270 y 1280 acabaron con su época de las invasiones.
Cohen el barbaro.
Los ejércitos mongoles iban reduciendo el tamaño de su caballería ligera, por falta de caballos, y aumentando la infantería. Acabaron teniendo ejércitos convencionales.