Cultura y divulgación
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La Bandera de España tremoló sobre Tetuán gracias al heroísmo de los Voluntarios Catalanes

Un lejano 3 de febrero de 1860 llegaban a Marruecos las fuerzas expedicionarias españolas y como un solo hombre el Cuerpo de Voluntarios Catalanes, 466 hombres dispuestos a morir por España, al mando de don Victoriano Sugrañes, ataviados con la clásica vestimenta regional: calzón y chaqueta de pana azul, barretina y faja encarnada, polainas de cuero, canana por cinturón, chaleco listado, pañuelo de colores anudado al cuello, y manta en bandolera.

| etiquetas: bandera españa , tremoló sobre tetuán
  1. Lo que vendría a ser los constitucionalistas de hoy en día. Hay que estar tarado.
  2. ¿Y todo esto para qué?

    - Para que unos cuantos generales se pusieran más medallas.

    - Para que unos cuantos industriales y propietarios de minas se hiciesen aun más ricos.

    - Para ganar el resentimiento de una población local que se sublevó continuamente.

    - Para enviar a los hijos de los pobres a sofocar las revueltas al tiempo que quien tuviese dinero podía evadirse de ir a Marruecos.

    - Para mantener una casta militar ultraconservadora lejos de cualquier control político que luego impuso una dictadura de 40 años y dejó millones de represaliados.

    Pero oye, que cómo tremoleba la bandera sobre Tetuán.....
  3. Ranciedumbre
  4. #2 ¿Nos preguntamos cuantos de esos beneficiados eran y son catalanes?
    Los mismos que hoy están en CiU (o como se llame esta semana) que son los mismos que aplaudieron a rabiar al dictador de los 40 años que los llenó de privilegios.

    En definitiva, el que manda quiere seguir mandando y mamando de la teta de Mamá España.
  5. Ojo que tremolar tiene otro significado en catalán.
    Sobre el conflicto: wiki
    Cuando en agosto de 1859 un grupo de rifeños atacó a un destacamento español que custodiaba las reparaciones en diversos fortines de Ceuta, Leopoldo O'Donnell, presidente del Gobierno en aquel momento, exigió al sultán de Marruecos un castigo ejemplar para los agresores. Sin embargo, esto no sucedió.

    Entonces el Gobierno español decidió invadir el sultanato de Marruecos con el pretexto del «ultraje inferido al pabellón español por las hordas salvajes» cercanas a Ceuta. Los auténticos motivos de la expedición colonial, aunque se dijo que se trataba de «rehacerse en sus fértiles comarcas de nuestras pérdidas coloniales» fueron de orden interno. Por un lado, como señaló un observador de la época, para acabar con las "intrigas cortesanas" que ponían en peligro al gobierno -«entonces O'Donnell inventó la guerra de África, guerra injusta porque los infelices moros daban todas cuantas satisfacciones pedíamos, incluso ahorcar a los pobres diablos que habían sido la causa del conflicto; pero era preciso distraer a la corte ultramontana con la guerra contra los infieles, que por su atraso y pobreza se los vencía con facilidad, y de este modo la gloria militar haría fuerte al gobierno y mataba las intrigas cortesanas»- y acabar con la amenaza de los pronunciamientos de ciertos jefes militares «buscando derivativos a las ambiciones militares» en forma de ascensos, condecoraciones y títulos nobiliarios, con grandeza de España incluida -el propio O'Donnell obtuvo el título de duque de Tetuán-.[5] El Gobierno español también "vio en aquel conflicto menor la oportunidad de mejorar la imagen de España en el exterior y de beneficiarse él mismo del clima patriótico que los sucesos de Ceuta generaron en la sociedad española".[4]

    La reacción popular fue unánime y todos los grupos políticos, incluso la mayoría de los miembros del Partido Democrático apoyaron sin fisuras la intervención. En Cataluña y el País Vasco se organizaron centros de reclutamiento de voluntarios para acudir al frente, donde se inscribieron muchos carlistas, sobre todo procedentes de Navarra, en un proceso de efervescencia patriótica como no se había dado desde la Guerra de la Independencia.

    La ola de patriotismo que se extendió por todo el país también fue fomentada por la Iglesia Católica cuando alentó a los soldados «a no volver sin dejar destruido el islamismo, arrasadas las mezquitas y clavada la cruz en todos los alcázares».[5]
  6. #4 Menos los independentistas, que quieren mamar de Mamá Cataluña :troll:
  7. #2 M encanta la historia, soy un apasionado, y me revientan la moral las batallitas y las intrigas palaciegas.

    Cuéntame cómo vivía el pueblo, qué hacía para comer, en qué creía, cómo se divertía, en que le condicionaban las decisiones de los poderosos, la naturaleza...

    Pero que me cuenten como algo guay que dilapidaron recursos a manta con el sudor del pueblo, para que luego dos capullos fueran a medirse las pollas con la sangre de chavalines imberbes me enerva.

    Cuando veo en el típico blog de "historia" (batallitas militares y sus juguetes) algo de una armadura de la ostia que nosequé, pienso: la de campesinos que tuvieron que pasar hambre para que un capullo se pusiera eso.
  8. #9 Yo igual.
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