l otro día fui a un buffet libre que era el Año Cero de la evolución de la gastronomía. Todo está lleno de bandejas de menjunjes irreconocibles o mezclas casi cristalizadas (por el tiempo que llevaban hechas). Todo tenía aspecto de haber sido regurgitado hace una semana por una criatura infernal.
|
etiquetas: buffet , libre , gratis
o
Si algo parece demasiado atractivo como para ser cierto probablemente es que así sea.
El otro día fui a un buffet libre que era el Año Cero de la evolución de la gastronomía. Todo está lleno de bandejas de menjunjes irreconocibles o mezclas casi cristalizadas (por el tiempo que llevaban hechas). Todo tenía aspecto de haber sido regurgitado hace una semana por una criatura infernal.
Sin embargo, había gente que llegaba, llenaba su plato con todo lo que podía y se obligaba a comer como si aquello fuera un restaurante con un puñado de estrellas Michelín. Estoy convencido de que aquella comida no sabía bien para nadie, pero no importaba: se la zampaban como si no hubiese mañana. ¿Qué extraño embrujo obraba para que los comensales estuvieran dispuestos a comer algo que haría vomitar a una cabra?
Resumen: me he puesto hasta el culo y ahora me hago el guay y el interesante.