El agua salada está destruyendo las tierras de cultivo. El arroz y las frutas genéticamente modificados para soportar la sal podrían ofrecer una solución y alimentar a millones de personas. Eric Rey saca de su maletín un recipiente de plástico medio lleno de arroz cocido. Los gruesos granos marrones tienen un aspecto normal. Huelen como el arroz corriente. Cuando me llevo un puñado de granos a la boca, no saben a otra cosa que a arroz: suaves, chiclosos y algo insípidos. Me asalta la tentación de tomar un frasco de salsa de soja y salarlo.
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etiquetas: cultivos , resistentes , sal
Por una parte, está bien que en terrenos con exceso de sal se pueda cultivar algo cuando la cebada deja de darse; pero por otra parte eso puede hacer que aún se gestione peor el riego (porque "si se saliniza aún podremos plantar ese arroz"), lo que aún destrozará más el terreno.
Lo mejor sería pasarse al riego por goteo donde sea posible y dejar esto solo para sitios muy degradados, pero... ¿Quién lo controlará?
Y por cierto, no me mola nada que haya que pagar para leer el artículo completo.