Mucho antes de que existieran las aplicaciones para ligar, las citas rápidas y, de hecho, miles de años antes de que existiéramos nosotros mismos, el poeta Ovidio creó entre finales del siglo I a. C. y principios del I d. C. el manual definitivo para romanos y romanas enamorados.A continuación encontrarás diez interesantes consejos para cortejar al romano o la romana que siempre deseaste.Advertencia: no intentes utilizar estos consejos con personas del siglo XXI; no saldrás bien parado… ¡y con razón!
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etiquetas: consejos romanos , amor
Seduce primero a tu criada.
Lástima que las redes sociales lo hacen innecesario
Muy italiano esto
6 Síguela a todas partes (¿acoso? no, ¡qué va!)
En el amplio pórtico, detente para hacerle compañía, y unas veces procurarás ir delante, otras irás detrás, a su espalda; unas veces marcha deprisa, y otras ve despacio. Y no te dé vergüenza dejar de vez en cuando algunas columnas de separación, o juntarte a ella codo con codo. Cuando se levante, te levantarás; mientras esté sentada, te quedarás sentado. Pierde el tiempo al antojo de tu amada.
8 Cuidado con los hombres presumidos
Evitad a los hombres que hacen cuidado ostentación de su elegancia y galanura, y colocan cada cabello en su sitio. Las palabras que os dicen a vosotras, se las dijeron a otras mil mujeres: su amor va de acá para allá y en ningún lugar se detiene. ¿Qué va a hacer una mujer cuando su amante tiene la piel más suave que ella misma y hasta puede tener más pretendientes que ella?
9 Si hay que llorar, se llora
Si puedes, que ella te vea las mejillas húmedas. Y si no te salen las lágrimas (pues no siempre vienen a su debido tiempo), restriégate los ojos con la mano mojada. ¿Quién, si es un experto, no mezclará besos con palabras tiernas? Aunque ella no te los dé, róbaselos tú a pesar de no dártelos. Es posible que al principio luche contigo y te llame “sinvergüenza”, pero deseará sin embargo que la venzas en la lucha. Sobre todo ten cuidado de no hacerle daño en sus delicados labios cuando le arranques violentamente los besos, y no pueda quejarse de que hayan sido brutales.
Si tienes una aventura, niégalo y todo irá bien
Si llegan a descubrirse algunas de las aventuras que habías mantenido bien en secreto, tú, aunque se descubran, niégalas una y otra vez a pesar de todo. No debes entonces mostrarte sumiso ni más amable que de costumbre: eso es señal inequívoca de conciencia culpable.
Prefiero no saber cómo se depilaban los testículos ....
Nunca me ha denunciado una mujer por hablar con ella, igual el problema lo tenéis en el cómo, cuándo y dónde lo hacéis.
Igual cuando tratas a las mujeres como personas y no como coños con patas no te suelen denunciar, pero llámame raro