Cultura y divulgación
10 meneos
100 clics

Eróstrato, entre el fuego y la memoria

En el año 356 a.C., el gran Templo de Artemisa, orgullo de la ciudad jonia de Éfeso, fue pasto de las llamas ante el estupor y la impotencia de cuantos lo veneraban. El fuego iluminó el cielo nocturno hasta su extinción entre las ruinas del recinto sagrado, patético legado de una gloria efímera. Tan memorable infortunio no fue consecuencia de un desastre natural ni de uno de los innumerables conflictos bélicos que asolaron el mundo antiguo. Su perpetrador fue un solo hombre, un humilde pastor llamado Eróstrato.

| etiquetas: erostrato , efeso , artemisa , incendiario

menéame