Hitler murió en un búnker en la Segunda Guerra Mundial para la mayor parte de la población, sin embargo, para un pequeño reducto pudo escapar a Argentina en un submarino, o a una base oculta en la Antártida, o la mejor de todas, en el lado oculto de la Luna. El primer estudio desde la guerra lo vuelve a desmentir. Al parecer, el trabajo no fue tarea fácil. En los últimos 73 años, el presunto cadáver de Hitler se ha incendiado, enterrado en secreto, desenterrado por los soviéticos, escondido por la KGB
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