El poder del cine es espectacular. Su papel histórico para moldear conciencias ha ido intrínsecamente ligado a una opción de ocio tremendamente popular en los países occidentales desde los años veinte y treinta del siglo pasado. El poder de la imagen le otorgaba una ventaja fundamental sobre la radio, por lo que rápidamente algunos Gobiernos tomaron conciencia de los beneficios que se podían obtener de su instrumentalización política. Estados Unidos comenzó a tomar buena nota de aquello en los años previos a su entrada en la II Guerra Mundial.
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etiquetas: hollywood , propaganda , segunda guerra mundial
Está claro que:
A) La industria del cine yankee estaba más desarrollada. Y la rusa además era más difícil que la conocieramos en la postguerra (rojos).
B) La entrada de USA en la guerra fue determinante por su capacidad bélica, no sólo en hombres, si no en industria. La URSS sola no podría haber aguantado, con un precio inasumible, como lo hizo.
#No creas, en esa ya fueron bastante críticos y los más optimistas lo llaman empate (que para USA es una derrota). Pero fue a causa de algo que no había en los '40: La TV. Es muy difícil dulcificar algo en celuloide mientras te llegan imágenes de bolsas de cadáveres en los telediarios.
O incluso de antes del audiovisual. Si ahora indisolublemente tenemos la imagen de los vikingos con cuernos en los cascos, o los gladiadores con el pulgar hacia arriba o hacia abajo es por las interpretaciones de artístas decimonónicos. Por no hablar de los novelistas anglos y su visión de los hechos que han extendido por todo el mundo.
Siempre ha habido una cultura propagandistica, y siempre ha sido tremendamente poderosa a la hora de conformar el recuerdo colectivo.
Ahora el cine ya no tiene el poder de aquel Hollywood. Con Internet, o incluso antes, con la televisión, como apunta #2, es más complicado ficcionar las realidades.
Un libro al respecto muy interesante y ameno sobre el tema:
Tony Shaw - Hollywood's Cold War
www.umass.edu/umpress/title/hollywoods-cold-war
In an analysis of films dating from America's first Red Scare in the wake of the 1917 Bolshevik Revolution to the collapse of the Berlin Wall in 1989, Tony Shaw examines the complex relationship between filmmakers, censors, politicians, and government propagandists. Movies, Shaw demonstrates, were at the center of the Cold War's battle for hearts and minds. Hollywood's comedies, love stories, musicals, thrillers, documentaries, and science fiction shockers played a critical dual role: on the one hand teaching millions of Americans why communism represented the greatest threat their country had ever faced, and on the other selling America's liberal-capitalist ideas around the globe. Drawing on declassified government documents, studio archives, and filmmakers' private papers, Shaw reveals the different ways in which cinematic propaganda was produced, disseminated, and received by audiences during the Cold War. In the process, he addresses subjects as diverse as women's fashions, McCarthyism, drug smuggling, Christianity, and American cultural diplomacy in India. Anyone seeking to understand wartime propaganda today will find striking contemporary resonance in his conclusions about Hollywood's versatility and power.
El problema que veo ahora es que tienes acceso a mucha información, pero no la sabes usar o peor, pasas de usarla. Por lo que te siguen colando cada mierda que...
Cachis.
De lo que se queja el artículo es que parece que la guerra se ganó el "día d" cuando ahí ya estaban casi listos para rematar, gracias a los comunistas
Nada que agredecerles majo.
En Alemania hubo represión hasta 1990.
¿Y me hablas de propaganda jolibiudiense?
Entrañables.
¿Para qué iban a venir?
Como todo el mundo.
sí sí, que lo he visto yo con estos ojitos
De hecho en la batalla sobre el hielo de Alexander Nevski al final no es el Rey ruso el que se carga a los livones, es un caza americano pilotado por Rambo.
Mentir sobre las guerras es un invento más viejo que la información.
Y los filipinos rindiendo honores militares a los españoles en la puerta de la iglesia todos los años.
Un ejemplo, cuando veo que a una obra musical le ponen la etiqueta de "escucha dificil" huyo como si de un fantasma japonés se tratase.