Mitriadismo se llama eso, y no es la primera vez que se intenta... al final, y como decía Paracelso, no existen venenos, sino dosis letales. Si no recuerdo mal, Aristóteles comentaba de una señora muy mayor que vivía en los arrabales de Atenas y que no tenía nada que comer, poco a poco se había hecho inmune a la cicuta y se alimentaba de ella. Poco creíble...