Perderse para oler y tocar papel en una librería. Esa es una de las más dulces desapariciones. Pero cada vez lo tenemos más difícil porque mis queridas librerías están amenazadas por criaturas luciferinas como Amazon. Los libreros son héroes en su combate desigual contra los gigantes del comercio electrónico.
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Yo me hincho de comprar en Amazon libros de segunda mano (used&new) de librerías de España, USA y UK. Sí, librerías de esas pequeñitas las cuales si son listas se pueden hinchar de vender en todo el mundo entero si dedicasen el tiempo que pierden en llorar a saber cómo aprovechar las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías.
Gracias en buena parte a la legislación del Ministerio de Cultura que prohibe hacer descuentos de más del 5% en los libros. Amazon aplica el descuento máximo que, como se quedan en unos pocos céntimos (muchas veces no llega ni a un euro), no merece la pena comprarlos ahí.
Yo cuando quiero comprar un libro físico lo busco en amazon, anoto el ISBN y se lo paso por whatsapp a mi librería de confianza para que lo pidan a su distribuidora. Muchas veces lo tengo uno o dos días después, tardan lo mismo que tarda Amazon. He conseguido a veces libros bastante raros; si la distribuidora no lo tiene, lo pide directamente a la editorial.
Los libros electrónicos están a años luz de eso. Por ejemplo, en mi caso desde que compré el Kindle solo me he pillado un libro, mientras que habré adquirido unos 10 en papel.
Además, entre cuotas, tarifas y demás impuestos revolucionarios (tarifa por perfil pro, por referencia, por alto número de SKU, por gestión de reembolsos, por venta de artículo, por almacén si procede...), Amazon se queda en torno a un 15-20% de la transacción. Si añades a eso el IVA, más que los gastos de envío no siempre benefician al vendedor... Incluso te exigen tener un saldo en cuenta (determinado arbitrariamente por ellos) para "garantizar" las devoluciones. Y conseguir visibilidad es difícil, porque priorizan a los que ponen el precio más bajo. Amazon fuerza al vendedor a ajustarse a sus directrices de atención al cliente, devoluciones, embalaje, etc. Ni siquiera permite que hagas publicidad de tu propia tienda (por ejemplo, está prohibido meter folletos o cualquier elemento promocional en el embalaje de los envíos, aunque esto no lo cumple nadie, anda que no tengo yo marcapáginas de Alcaná).
Al final las librerías que ganan dinero en Amazon, ya sean de segunda mano o no, son principalmente las grandes. Para el caso inglés está muy bien el libro "Diario de un librero", de Shaun Bythell, que habla extensamente de cómo funciona Amazon y Abebooks (Iberlibro). Las librerías pequeñas, que tú alegas, ni siquiera podrían aspirar a ello, porque no tienen fondo suficiente como para hacer rentable el proceso, al ser los libros (sobre todo los de segunda mano) un producto con muy poco margen de beneficio.
En definitiva, si tienes la suficiente habilidad para jugar con sus servicios y volumen de ventas suficiente, Amazon puede darte dinero, pero no es la panacea ni verdaderamente útil para pequeñas librerías. Y, desde luego, tampoco es una opción sana para las economías de los países en los que vende. El modelo de Amazón, al final, sólo beneficia a una empresa: Amazon.
Por lo demás, en la mayoría de las veces si buscas en www.todostuslibros.com primero, sueles descubrir que el libro que quieres lo tiene alguna librería de barrio cerca de ti.