La película acaba siendo un ejercicio de reivindicación de Jorge Bergoglio, y consigue una progresiva humanización de Joseph Ratzinger A Francisco sus fieles le recuerdan como un ser adusto, educado y moderado, no el revolucionario cuasimarxista que pinta el director, Fernando Meirelles Ratzinger renunció, Bergoglio fue elegido, todavía hoy tenemos dos papas en el Vaticano: pocas cosas más son ciertas en el relato
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