En El Nombre de la Rosa, el clero, el máximo poder de aquel momento, atesoraba el conocimiento escondiendo los libros importantes en un laberinto construido en la abadía. Era la manera de asegurarse de que el pueblo no se pasara de listo, no empezara a sumar dos y dos, no sacase la conclusión de que no había ningún motivo para mantener esa posición de privilegio de los poderosos y se sublevase.
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Eso hiere, es humillante, el honor queda en el piso, se siente que la vida ha sido en vano, que es el tonto que trabaja muchísimo en jornadas agotadoras para que otros disfruten los frutos. Ante eso, la gente entra en estado negacionista y prefiere decir que su ideología/creencia/guía/empleo son lo máximo, lo mejor y prefieren voltear su cabeza a otro lado y distraerse con cualquier tontería.
Los listos usan "el temor al cambio" para aborregar a la sociedad, dicen que con el cambio las cosas irán a peor, que es mejor dejar las cosas como están, muestran historias de gente común que han tenido éxito*, siempre y cuando sigan las cosas como están.
* léase éxito tener un piso, un vehículo, un empleo, unas vacaciones cada año, pareja e hijos (reprodúzcase como conejos), que se conforme con eso.
Tristemente ciertísimo.
(La bola de cristal)
m.youtube.com/watch?v=tfHOkQMNlMU