Cultura y divulgación
8 meneos
143 clics

Y nunca estuvo triste una mañana

Tiene cien años desde el 4 de septiembre. Vivió su infancia en un asilo. Cuando tenía siete le amputaron una pierna (por un accidente). Perdió su primer amor (“por ser pobre y por ser un sastre de tercera”). Fue a Las Gaunas a ver a Zamora, “con su gorrilla, su rodillera; la guerra lo perjudicó”.

| etiquetas: marino ibáñez , centenario , república , guerra civil , gaunas

menéame