Los efectos psicológicos que experimentan las víctimas de odio "pueden agravarse y desarrollar alteraciones y enfermedades psicológicas, tales como fobia, ansiedad, estrés agudo, depresión y estrés postraumático", apuntan los expertos, que advierten de que pueden influir en el estudio, en relaciones saludables, abusos de sustancias,conductas violentas, dolores de cabeza, problemas grastrointestinales o insomnio....
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etiquetas: racismo , odio , marginacion , acosos
A uno le llamábamos Cenan, El Bárbaro.
A otro con gafas y aparato: Power Ranger.
A un chica fea: Murciégala.
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Con los miembros de ciertas etnias -hasta los 14 años- no se metía nadie que te podían robar el bollo en recreo y sua primoa te esperaban a la salida.
Pero eran cosas de niños.
Y bueno, el gordito en cuestión le pegó un hostión con la mano abierta tan fuerte que la comidilla del patio fue el chaval de tercero que se había meado encima.
Y ahí acaba la historia porque jamás volvieron a meterse conmigo.
Luego resulto ser el mismisimo Albert Einstein.
Hoy podría denunciar por bulliying a medio colegio-instituto.
Había un chaval que se le murio el padre que era bastante cabrito con todos.
Hasta el verano que alcance 1,92 de estatura y me convertí en el segundo más grande de la clase.
Le estrelle a ese malnacido la cabeza contra la pared y a partir de ese día hubo paz para todos, me apunte al equipo de baloncesto del que este chaval era base y al final fuimos hasta buenos compañeros (que no amigos)
Nunca más deje que hubiera bulling si estaba yo delante.
En mi caso concreto, era un niño muy sensible y aparte con 8 años estando enfermo del estomago me cagué encima en clase de lengua, eso me convirtió en un paria y lo arrastre hasta los 15 años más o menos, que coincidió que pegue el estirón, se divorciaron mis padres y tuve que asumir responsabilidades que no tenian el resto de compañeros, lo que me hizo madurar de forma acelerada.
No estaba para tonterías y les superaba a todos físicamente, así que tras un par de encontronazos me/nos dejaron en paz.
Pero como dice el artículo, te marca de por vida.
Curiosamente aquellos que más sufrieron maltrato de niños, alguno de ellos se volvió camello luego. Quizá en ese sobreesfuerzo por ser más machote que nadie.