Le conté el tatuaje que tenía pensado: la salamandra del Parque Güell en la parte posterior de mi hombro derecho. Mientras le daba los detalles sobre los colores, noté que Carlos estaba incómodo. Pensé que quizá se debía a que se había dado cuenta de que yo era chileno. Entonces me miró a los ojos. —Lo siento, pero no puedo hacerte el tatuaje —me dijo.
|
etiquetas: tatuajes , barcelona , emocinal
Pasan dos cosas: o llora amargamente o llora de la risa pero que me gano el tatuaje porque me lo gano
Así ya consigues el típico tribal en la espalda o las letras chinas en el brazo.
Ejemplo de chorrada.