En los últimos años, gracias a movimientos como el
#MeToo, ha aumentado el número de denuncias que señalan a personajes públicos y artistas por sus comportamientos abusivos y delictivos. Unas denuncias que han sacado a la luz situaciones a veces sabidas por muchos y que durante años se silenciaron por quién era su protagonista. Todo eso ha dado lugar a un debate intenso sobre la cultura de la cancelación y si es posible separar a la obra del autor.
Parece que la mema que ha escrito esto no sabe o no quiere enterarse de lo que es la cultura de la cancelación. No hablamos de Weinstein, hablamos de toda la sociedad acojonada por decir algo que se pueda malinterpretar. Acojonados todos y todas porque una turba de ofendiditos se te echen encima para cancelarte, difamerte, que te cierren cuentas, suspendan tu espectaculo, boicoten tu negocio, o te echen del trabajo.