Vicente Álvarez Riestra tiene 73 años y es ciego. Lo es desde los 65, cuando una diabetes le robó la vista. En casa se apaña, asegura. Pero en la calle es peor, necesita ayuda, no se orienta. Cada día, durante cuatro horas, Vicente espera a que César Junquera lo recoja. Lo conoce sólo desde hace días pero, mirándolos, parecen amigos de toda una vida. César, de 40 años, es de Noreña y en agosto pasado la Guardia Civil le puso a «soplar» cuando estaba al volante de su camión.