Podríamos pensar que, desde que se desató la pandemia, las infidelidades han caído por las restricciones a la movilidad y el confinamiento. Nada más lejos de la realidad: los detectives privados aseguran que el nivel de trabajo de este tipo se ha mantenido similar a años anteriores. Lo que sí han cambiado son las maneras. Los adúlteros han tenido que ingeniarse nuevas maneras de escabullirse de casa sin levantar sospechas, desde improvisados deportistas que comienzan una afición por salir a correr...
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