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Todo bar tiene su Bertín Osborne (O cuando un periodista se emborracha)
El Bertín Osborne de este bar cuenta la historia de una vieja orgía.Cubre su cabeza con una gorra color caqui, chafada y sin esqueleto que conserva un lejano aire militar. La ajusta a su cráneo, pero da la impresión de que si cayera al suelo, quedaría fofa como un trapo. Esa misma flacidez se contagia al resto de su cuerpo. Tal vez si la silla no lo sostuviera, se arrugaría hasta desaparecer.
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