“Lo que decían los grupos neonazis en los años 90, se dice hoy en sede parlamentaria y en los medios de comunicación con absoluta normalidad: el ataque a las personas migrantes, a los derechos de las mujeres, al colectivo LGTBI, un revisionismo histórico insultante y un discurso de odio impune, amparado bajo el derecho a la libertad de expresión. Y normalizar una opción política que signifique quitar derechos a determinadas personas es un mal punto de partida. “¿Es una opción democrática? En términos legales, sí. ¿Es legítimo? Para mí, no”.
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Pues mira, en eso se parecen a cierto partido que forma parte del Gobierno de España.
Vamos, todo lo que viene siendo la rendición de occidente, el buenismo y demás rebuznos.
-Todo lo que tiene que ver con el patriarcado , la matria, las leyes de género y el lenguaje inclusivo, las denuncias falsas son un mito y "yo sí te creo"; Juana Rivas debe ser libre porque patata.
-Oponerse al envío de armas a Ucrania "por la paz".
-Toda su teoría económica.
-Los escraches son jarabe democrático menos cuando me los hacen a mí.
-Los políticos son casta que vive alejada de los barrios, por eso yo vivo en Vallecas. Y cuando llego al Gobierno me compro un chalet en la zona rica del norte de Madrid.
Y hay muchos más ejemplos concretos, pero me da pereza hacer una lista completa.
Edito: el Árbitro del Sentido Común me tiene bloqueado, así que (con permiso) me cuelgo de #3.
#_4 Un síntoma de que el país está lleno de tarados que se han quedado en los años 30 del siglo pasado.
Por cierto, muy inteligente tu comentario.
¿Ves? ahí lo tienes #8
Lo que les pasa es que se perciben como privilegiados, hasta cierto punto, en un mundo con grandes desigualdades, y prefieren que todo siga siendo más o menos una mierda antes de arriesgarse a perder su posición por experimentos raros o cambios inciertos.
#22 Claro que sí, Ojos Abiertos, claro que sí.
Y todos (menos vosotros los de izquierdas) lo sabemos.
Pero la idea esencial detrás de todo es la misma.
Yo me considero de muy extrema izquierda y no me da el más mínimo reparo reconocerlo; muy al contrario lo cuento con orgullo, porque para mí primar la solidaridad y la justicia por encima del egoísmo y la cobardía es algo de lo que enorgullecerse.