La historia de Cataluña es mu complicá. La de Andalucía es más sencilla.
Llegan los romanos, dan de hostias a los iberos y se quedan esto. Beben vino.
Llegan los visigodos, dan de hostias a los romanos y se quedan esto. Beben vino.
Los árabes preguntan si pueden pasar, les dicen que si. Una vez dentro le dan de hostias a los visigodos y, ignorando su religión, beben vino.
Pasan una jartá de años.
Llegan los reyes católicos, le dan de hostias al árabe que quedaba, que se echa a llorar y se larga.
Ponen a unos señoritos de la nobleza a mandar y a beber vino mientras la gente de aquí trabaja la tierra y así hasta hoy.