Imaginad por un momento una enfermedad, ésta provoca que de un día para otro, alguien cercano a ti cambie en tu memoria: imaginad que un día os levantáis de la cama y vuestra hija, una chica rubia con trencitas de 8 años, de aspecto frágil, de golpe es un señor con barba de 40 con voz de fumador empedernido. Tú sabes que es tu hija, eres consciente de tu enfermedad y tiene que serlo, eso acreditan los papeles... empiezas el proceso para querer de nuevo a ese señor con barba que te da besos antes de acostarse y te da dibujos y cuadros de macarrones para el frigo, y cuando lo logras se transforma en una especie de pomelo azul y vuelta a empezar... tú quieres quererlo, pero es un puto pomelo azul, ni siquiera sabes si lo has metido al revés en la cama, y las sábanas se quedan cortas de un lado. Buenas hostias se da cuando empujas el columpio... "pero Laurita ¿estás bien?" "me llamo Manolo, joder". Acabas dándote al alcohol, la droga y la música de Melendi
Como propósito de año nuevo dejad de cambiar el avatar y/o el nick, hijos de una hiena.
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