edición general
  1. Nuestro enemigo invisible
    nos persigue sin descanso.
    Campesinos, dependientes,
    metalúrgicos, soldados,
    disparad contra quien habla
    tratando de sonar alto.
    ¡Que esta guerra no es nuestra!
    ¡Que nos están engañando!
    ¡Que el enemigo de veras
    no es ese pobre soldado
    que está enfrente, sino aquellos
    que nos hurgan, y excitando
    nuestra fiera, nos condenan
    a ignorarnos y matarnos!
    ¡Destruyamos la apariencia!
    ¡Abracemos al contrario!

    Gabriel Celaya. 1975.

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