edición general
  1. @gdfh Tengo un amigo que ha pasado por algo así. Lo llaman árbol del paraíso. En 2013 lo alcanzó un rayo y lo partió por la mitad, de arriba a abajo. Los jardineros retiraron la parte calcinada, sanearon su medio tronco pelado y lo dejaron un tiempo a su aire. Pronto le brotaron ramas nuevas, y seis meses después su copa quería igualar a la de sus compañeros. Pero llegó el invierno y perdió todas sus hojas, dejando al descubierto la amenaza de la podredumbre a lo largo de todo el corte, una herida abierta de un par de metros.

    Al año siguiente se hizo una poda general en aquel parque, y el árbol fue talado por completo a cuatro palmos desde el suelo. Dolía verlo. Un mes más tarde, desde un bulbo lateral bajo la sección de la tala, asomaron dos tallos que se convirtieron en ramas. Al cabo una se quebró por el viento, pero la otra salió adelante, creciendo y haciéndose más y más fuerte. Han pasado los años, y pronto tendrá casi el grosor del tronco talado del que resurgió.

    Te cuento esto porque a mí me ha inspirado en los embates de la vida. Tuvo otra oportunidad e hicieron falta algunos apoyos, voluntad... y tiempo. Y un poco de suerte, que también cuenta.
  1. @kekobola @gdfh Precioso. La naturaleza siempre invita a reflexionar, y en mi opinión siempre expone el lado positivo de la vida.

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