Pedro Almodóvar siempre habla de él a través de sus películas. Desde aquella Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, un reflejo de sus ansias de libertad en el Madrid de la Movida hasta en Los abrazos rotos, las dudas de un director ciego incapaz de rodar, la realidad siempre se filtra por las aristas de su ficción. A veces lo hace de forma abierta, como en La mala educación, y otras uno aprecia los rasgos de su universo personal pero no
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- Los jueces eran los mismos que los del franquismo.
- Los policías eran los mismos que los del franquismo.
- Los políticos eran los mismos que los del franquismo.
- La población era la misma que la del franquismo.
En los 80 pudieras tener una sensación de libertad y modernismo si eras un señor de la meseta y no muy combativo políticamente. Porque en Euskadi se seguía torturando y matando; en Catalunya, ídem. Joder! hasta en Madrid se torturaba a disidentes.
Y esto, a día de hoy, sigue siendo así. Por eso España es el país con más desaparecidos sólo superado por Camboya; no se ha juzgado a los asesinos franquistas sino que además se ha condenado al juez que lo intentó; la ultra-derecha franquista está más viva que nunca: la centralización y el ataque a las autonomías es el discurso de algunos como C's, PP y VOX, etc.
Si a eso le sumas la censura policorrecta de los SJW directamente importada de los EE.UU... genial.
La izquierda está promoviendo la censura pura y dura, empezaron tímidamente promoviendo el correctismo político, como dice #1, consiguiendo que el trabajo sucio sea colectivizado y lo hagan los propios ciudadanos.
Actualmente ya legislan en países como UK o y Canadá sobre que puedes o no puedes decir, que bromas son bromas o pensamientos ilegales disfrazados de humor, e incluso que debes decir, el caso de UK da miedo, con la policía tocando tu puerta a la mínima que alguien diga que has publicado algo que le molesta.
La censura promovida por la izquierda ya se hace abiertamente, dejando a todo el que les molesta sin plataforma para comunicar sus ideas, #2 presionando a las empresas para que despidan a ese empleado subversivo, o para que no le contraten, y señalando públicamente al disidente ideológico, para que la marabunta se ocupe de el y el resto vean lo que les puede pasar a ellos si van por libre.
Hoy los ciudadanos tienen más miedo a expresar sus ideas, que en los años 80, de eso no hay duda.
¡A la mierda ya con los hipócritas del artisteo!
Salu2
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