Imaginen esta situación: un batallón enemigo se sitúa a cien kilómetros de la línea de defensa. La artillería se prepara para repeler el avance de la tropas. Dispara, pero yerra.
Este sistema, concreto, será nuevo pero el método no. Ya hace tiempo que la aviación envía las coordenadas de los objetivos a la artillería, precisamente porque la artillería va en retaguardia y sus equipos son para el combate de larga distancia, nunca para un cuerpo a cuerpo.
Digo yo.