Empleados de Apple vestidos con vaqueros y camisetas negras de manga larga y cuello vuelto han recorrido miles de kilómetros llevando patentes a los más necesitados. Escenas como éstas se han repetido por hospitales, centros de acogida, bancos de alimentos y oficinas de Nokia. “Resulta maravilloso ver la cara de un niño cuando le regalas una patente y le dices que puede demandar con ella al fabricante que quiera”. Este acto solidario sin embargo, es considerado por algunos como una mera cortina de humo para lavar su imagen...
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