A la hora en que la alcaldesa aún está en los Planeta y el presidente del Gobierno mandando comunicados, el centro de Barcelona lo gobiernan unos chicos de 20 años que se han hecho tan fuertes que presumen de poner paz en las calles a falta de empezar a poner multas.
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Bravo Torra, bravo Puchi, os habéis lucido. Menuda revolución más chupi-guay os está quedando.
No apoyo la independencia y me parece un error. Pero no querer ver que para la de gente que esta a favor de ella los incidentes sean tan "flojos", demuestra el civismo de la gran mayoría de los catalanes.
Ademas desde las instituciones del gobierno de Torra irresponsablemente se quiere seguir apretando en esta línea así que ya no me creo que haya voluntad de paz alguna por parte de estos dirigentes y tampoco lo espero de sus más radicalizados seguidores.
Pero siempre podemos buscar el conflicto que es lo que interesa a algunos. Mientras nos meten la mano en el bolsillo.
Hablo de memoria, pero son todos casos en que ha habido disturbios en Barcelona. Si es que lo raro es que no haya pasado antes, mucho se han aguantado y al final la gente tristemente explota (que es lo que interesa a algunos).
Bonus: Un poco de humor visto en twitter
Hemos quedado en que estas manifestaciones violentas son de las malas , no? Que después las confundo con otras y me hago el lio.
Y no pusieron ni un gramo de esfuerzo en evitar que se llegara allí; no basta con decir que el movimiento es pacífico y pedirlo, también hay que ser consecuentes y ser muy cuidadoso con lo que se dice en otros ámbitos.
No se "purgaron" a tiempo actitudes como insultar con términos como "charnego", ni a personajes hablando de ADN u otras "diferencias innatas entre pueblos" que pudieran llevar a la "superioridad" de unos sobre otros.
Tampoco hubo autocrítica por la elaboración de listas blancas y listas negras de funcionarios, jueces y otros individuos afines o contrarios al ideario, listas que no se limitaron a empresas para hacer boicot (algo legítimo), sino para horadar derechos fundamentales de ciertas personas una vez establecida la república.
Simplemente se les toleró, se dijo de ellos que eran una rareza, pero no se hizo el menor intento de darles una patada en el culo y dar más importancia a otros comportamientos más civilizados y constructivos.
Si yo no participo de la violencia, pero promuevo y participo activamente en actos que sé que acabarán desembocando en ella, soy al menos parcialmente responsable (claro que los cuerpos policiales han provocado mucha de esta, pero no toda, ni de coña).
Me he pasado mi vida laboral entre Barcelona y Madrid. Tengo amigos en ambas ciudades, me siento como en mi casa en ambas. Las personas, individualmente, son más razonables que las masas. Sólo conozco unos pocos radicales en los dos lados de este conflicto, el resto lo que quiere es vivir en paz y nunca se ha mostrado radical hasta que han empezado a azuzarles desde los medios y los bandos políticos.
"Viaje al fin de la noche es una narración de rasgos autobiográficos. Su protagonista, Ferdinand Bardamu, enrolado en un momento de estupidez en el ejército francés y asqueado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, decide desertar haciéndose pasar por loco, no sin presentar toda suerte de personajes pintorescos, y el absurdo y la brutalidad de la guerra. Tras esta y un noviazgo con una estadounidense, Lola, va a parar a un barco —en el que los demás pasajeros lo quieren linchar—, rumbo a una colonia francesa en África. Su descripción del sistema colonial francés es hilarante y sumamente crítico: dice, más o menos, que las colonias francesas son el paraíso de los pederastas y que todo se funda en la explotación del negro. Unas fiebres acaban con esa aventura y llega en un estado cercano a la esclavitud a Estados Unidos. Escapa en Nueva York, donde vive por un tiempo y se reencuentra con Lola, a quien extorsiona. Vuelve a viajar, esta vez a Detroit, donde traba amistad con una prostituta norteamericana, pero vuelve a París y ejerce la medicina a pesar del asco que le da su clientela.
Ya no hay sonrisas en Cataluña, solo fascistas encendiendo hogueras y rompiendo cristales.