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Barrio Rojo de Ámsterdam: "Bienaventurados los que lloráis, porque ahora reiréis"

El Barrio Rojo de Ámsterdam huele a lubricante. Es un perfume dulce e intenso que llega a empalagar en el callejón Trompettersteg, donde hasta 16 burdeles con otras tantas putas se distribuyen en un espacio de poco más de un metro de ancho que se recorre en 20 pasos. A pesar de esta abundancia de mancebías, en esta calle no huele a sexo. Dentro de sus locales se folla día y noche; pero más allá de sus puertas sólo se proyecta la fragancia de un aceite que poco tiene que ver con cualquier fluido corporal.

| etiquetas: asmterdam , barrio rojo , prostitución , drogas , marihuana

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