A mediados de los sesenta Morea fundó Black Mask, un colectivo en el que confluían la inspiración de Dadá y el surrealismo junto a las ideas anarquistas que animaron la revolución social española. Tanto su teoría como su práctica tenían mucho en común con sus contemporáneos de los Diggers de San Francisco, los Provos holandeses, y los situacionistas franceses (que expulsaron a 3 de los 4 miembros de la sección británica de la Internacional Situacionista por asociarse estrechamente con el grupo de Morea).
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