El ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, se ha pronunciado en contra de los diputados que han roto con la disciplina de voto este jueves en la elección de Enrique Arnaldo para ser magistrado del Tribunal Constitucional
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www.eldiario.es/politica/enrique-arnaldo-llevo-pablo-casado-despacho-r
Artículo 67.2
Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo.
www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1882-6036#a259
"El que se mueve no sale en la foto"
Alfonso Guerra.
Hay mucha gente, por poner un ejemplo, que cree que está votando a Santiago Abascal y en realidad está votando a Macarena Olona. Y lo mismo con los otros partidos.
La teoría (digo la teoría, no que yo esté de acuerdo) es que al ser listas cerradas no votas a las personas o sus propuestas, si no a las del partido. A parte, en teoría, Antes de votar se supone que se debate dentro del grupo para decidir el voto o por consenso o por mayoría (aunque en ocasiones será por lo que le salga de las gónadas a las cabezas principales).
Hay que asumir que funcionamos con un sistema de listas cerradas. Puede que, como dices, no sea el mejor de los sistemas y que debiera hacerse a través de uno de listas abiertas (aunque no tengo tan claro que sea lo ideal), pero en tanto en cuanto las listas son cerradas yo a lo que voto es al partido y los votos deben realizarse en base al programa y los debates internos de este y no de lo que le parezca bien en cada momento al diputado de turno al que seguramente no conozcan ni el 90% de los que le votaron. Si su conciencia no le permite emitir el voto en un sentido concreto, que presione internamente a su partido para cambiarlo o que se vaya a su casa.
Y además, la única lista abierta que tenemos (el Senado) tampoco es que lo hagamos por persona y no por partido.
Mejor ejemplo, imposible. Pero quizá estaba pensando más en que en un verdadero sistema de listas abiertas se favorezcan los personalismos y, con ello, el populismo. También me preocuparía y mucho la cuestión de la financiación de las campañas. Si ya con este sistema los partidos son presa de quienes financian sus campañas electorales, ya sea de forma legal (créditos bancarios) o ilegal (comisiones por contratos públicos), que actúan como lobbies y se dedican a devolverles los favores, imagínate con individuos con mucha menor capacidad económica que una organización. Los partidos puede que no sean más que un mal necesario.
El PSOE que siga por el camino del 2011 de meter a gente no socialista en puestos importantes para que luego en cuanto pierden las elecciones salten del barco como ratas, tipo Elena Salgado, que se va a encontrar otros cuantos años en la oposición.