San Francisco está recolectando deshechos caninos en uno de los parques para perros de la ciudad. Las heces más tarde se llevan a un colector que emplea bacterias para crear gas metano. Una vez recogido, el metano podrá ser transportado por tubería para su uso en estufas, calentadores o cualquier tipo de equipamiento que pueda funcionar con gas natural. Las heces animales suponen hasta el cuatro por ciento de los residuos residenciales de San Francisco y eso está creando un problema en los vertederos.
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