En 2012, Samuel sufrió un atraco. Una mala idea: el chico de 15 años le da una paliza a su atracador, le rompe la mandíbula, le hace perder un ojo. El Fiscal pidió que le prohibieron boxear; la jueza se negó. Hoy es el quinto mejor peso mosca del mundo
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En 2012, Samuel sufrió un atraco. Una mala idea: el chico de 15 años le da una paliza a su atracador, le rompe la mandíbula, le hace perder un ojo. El Fiscal pidió que le prohibieron boxear; la jueza se negó. Hoy es el quinto mejor peso mosca del mundo
La jueza de menores Reyes Martel Rodríguez, y el boxeador Samuel.
La jueza de menores Reyes Martel Rodríguez, y el boxeador Samuel.
PEDRO SIMÓN | LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
FOTOS: BERNARDO DÍAZ
22/09/2022 22:28
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Un día, tres chicos tratan de atracar en Las Palmas a un crío canijo y poca cosa que solo tiene 15 años y camina por la playa. Lo que no saben esos tres chicos es que el flaquito boxea y que cuando se enfada es un volcán al que llaman Infierno. Así que se resiste y planta cara. Dos logran escapar corriendo. Un tercero no tiene tanta suerte: Samuel se lía a golpes con el atracador. Le hunde el frontal del cráneo, le rompe la mandíbula y la nariz, varios dientes, le propina una paliza en la que el otro acaba con la cara como un steak tartar.
Entonces, es detenido, termina en el calabozo y así conoce a la jueza que le terminó salvando la vida y con la que vuelve a hablar hoy.
A la izquierda, con una maza en la mano, Reyes Martel Rodríguez, magistrada del Juzgado de Menores 1 de Las Palmas, que condenó a aquel menor infractor.
A la derecha, con calzón negro y guantes blancos, Samuel Carmona Heredia, que llegó a pensar si no acabaría siendo visto como un delincuente y que hoy -"gracias a su señoría"- es el quinto mejor púgil del peso mosca en todo el mundo.
En aquel juicio, la Fiscalía y la acusación particular le pidieron a la jueza que le prohibiera el boxeo de por vida. Reyes se negó. Lo que puso en la sentencia es que tenía que hacerlo mejor.
Los hechos ocurrieron en 2012. Tan solo cuatro años después, el chico lograba un diploma olímpico en Río 2016.
PREGUNTA. Samuel, cuéntanos tu infancia.
SAMUEL CARMONA. Yo soy el mediano de tres y nací en Las Palmas de Gran Canaria. Siempre hemos vivido en La Isleta, de alquiler, y mis padres se dedican a la venta ambulante. No era muy buen estudiante, no me gustaban los libros... La Isleta es un barrio con sus problemas, muy humilde, con sus trapicheos, yo estaba todo el día en la calle, pero nunca quise nada de ese mundo. Solo que era un niño trasto, un terremoto que no paraba, todo el día para adelante, para… » ver todo el comentario
P. Reyes, presides una ONG llamada UP2U (Depende de ti), en la que trabajas con menores infractores. ¿Por qué les condenas a hacer el Camino de Santiago?
R. M. Nosotros le llamamos el Camino de los Valores. En el tramo canario, hay tramos de ocho horas de ascenso continuado hasta 1800 metros de altura por veredas complicadas. 50 kilómetros en dos días. Hace muchísimo frío cuando duermen. Vienen con delitos de todo tipo y siempre voy con gente de apoyo, claro. Están tan cansados que no se van. Tienen llagas en los pies. De todo. Ellos se creen que soy una torturadora. Algunos se sientan y dicen que no pueden más. Uno se quedó con sin botas a mitad del ascenso y terminó en calcetines. Tenía los pies hinchados. No le entraban en ningún calzado y le conseguimos unas chancletas de montaña. Le dije que no hacía falta que acabara. Él me dijo: "Yo voy a demostrarle a usted que no soy tan malo, que reconozco lo que hice y que voy a pagar por mis errores".
P. ¿Por qué creéis que se han disparado las agresiones de hijos a padres?
R. M. La adolescencia es un monstruo que se come a tu hijo y después te lo devuelve o no. Vivimos en una sociedad líquida total que ha cambiado de ahora para después y que sigue cambiando mientras hablamos. Tienen todo a golpe de clic. El padre helicóptero está ahí junto al niño burbuja. Enseguida va a protegerlo, a rescatarlo. Estamos creando unos niños pusilánimes y tiranos. Educar no es fácil, es decirle que no a tu hijo. Decirle: te tomas la sopa, es lo que hay. Aunque tengas la hamburguesería debajo de casa. Y si no la quiere, ponérsela al día siguiente hasta que se la coma. A mi hijo de 15 años le he dicho que tiene derecho a la comida, a la formación hasta los 16 y a las necesidades básicas cubiertas. Y que a partir de ahí, todo son privilegios.
P. ¿Qué te gustaría que tu hija aprendiera de ti?
S. C. Cuando sea más grande, le contaré lo mío para que no haga nada de eso. Le enseñaré eso que te enseña el boxeo: que, cuando estás arriba, todo el mundo está contigo, te dan todo, vas a un sitio y te regalan ropa, no te cobran las copas. Mi combate en los Juegos lo vieron casi dos millones de personas. Llegué a España y era el amo, el mejor, el Poli del momento... Pero que cuando pierdes, ya no te quieren igual. Cuando pierdes, solo tienes dos llamadas: la de tu mamá y la de tu mujer.
R. M. Es como en el Camino: hay veces en que estarás solo y te dolerá todo, pero tendrás que seguir caminando.