Para construir su fábrica de cannabinoides en levadura, el biólogo sintético Jay Keasling de la Universidad de California en Berkeley y sus colegas modificaron varios genes encontrados en S. cerevisiae, e introdujeron otros de cinco tipos de bacterias y de la planta de cannnabis. En total, necesitaban realizar 16 modificaciones genéticas para transformar la galactosa en formas inactivas de THC o CBD. Calentar los cannabinoides los convierte en sus formas activas. El equipo produjo aproximadamente 8 miligramos por litro de THC
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