En la costa de Granada, en uno de los puntos del boom del aguacate en España, el acuífero exprimido para regar las fincas, se vuelve inservible: a base de extraer agua se ha vaciado tanto que le ha invadido el agua del mar. Y una vez salado, el líquido no es apto para los árboles. Así que se está echando agua dulce en dos puntos para recargar el esquilmado acuífero del Río Verde. La idea es rellenar el depósito subterráneo con líquido válido, que retroceda el agua salada y poder extraer recurso apto para regar cuando sea necesario.
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Este meneo es sobre otra comarca andaluza: www.meneame.net/m/MAmbiente/loma-ubeda-descubrir-danar-acuifero-tres-d
Si en la zona del continente, donde se sitúan las casas, los cultivos o los hoteles, se va sacando agua de manera acelerada, el mar, que es casi infinito, empuja y avanza porque su agua es más densa”, explica la investigadora. Y eso hace que cuando se perfora para bombear, lo que salga sea agua salada.
La recarga de agua dulce trata de crear un barrera ante el avance de la salada y recuperar de esa manera el equilibrio. Así, las extracciones del acuífero serán, otra vez, sobre masa de líquido apto para utilizarse. Este recurso se ha aplicado especialmente en California (Estados Unidos). “Son los campeones de la recarga artificial, desde luego”, concede Renau.
Es un problema sin solución mientras que no se haga cumplir la ley.