Fueron los franceses y los holandeses los que llevaron el café a Vietnam allá por el siglo XVIII y parece ser que el origen de esta forma de tomarlo se remonta a los inicios del colonialismo en el este asiático, cuando era muy complicado conseguir leche fresca, y se utilizaba leche condensada para preparar el café.
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Hace años, como indican arriba, me sacaron un polo de nata con chocolate por fuera, jeje.
Aunque el mejor cafe de todos, que poco a poco se irá extendiendo, es el asiático cartagenero: Leche condensada, brandy y licor 43 (más de brandy y muy poco 43) un poco flambeado con una cáscara de limón, café y un toque de canela. Se puede añadir espuma de leche antes de la canela.
Se requiere un vaso especial con forma de campana.
No confundir con el belmonte, intento de asiático que beben los murcianos barrigaverdes centristas.