[c&p] Durante una comida, dicho funcionario interrogó a Feynman sobre la posibilidad de patentar algo y este -seguramente para deshacerse del burócrata- le comentó que podrían crearse submarinos y aviones atómicos. La anécdota podría haber quedado ahí si no fuera porque a la mañana siguiente Feynman encontró en la mesa de su despacho las solicitudes preparadas para patentar ambas ideas. De esta forma, Feynman se hizo con las patentes del submarino nuclear y el avión nuclear. Curiosamente y debido al convenio firmado por todos los científicos...
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