Siempre son difíciles los inicios en cualquier lugar del mundo. Cambias tu casa, tu rutina, los lugares habituales y te embarcas en un universo completamente distinto al que estabas acostumbrado. La conexión a Internet, recibos, y sobre todo un teléfono móvil. Si ya en España es raro encontrar una persona relativamente joven sin un teléfono móvil en Tokio es casi impensable. Empecé a comentar con un amigo extranjero sobre el procedimiento para hacerme con un nuevo teléfono móvil y aún recuerdo perfectamente su frase: "Es cosa de un día".
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