De las seis grandes motivaciones por las que afirmamos que los Estados capitalistas ricos han instituido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial la cooperación internacional, solamente una corresponde a fines nobles. En general, como veremos, persiguen intereses de Estado difíciles de conseguir por otros medios. En esto último reside muy probablemente su vigencia y tamaño. Los Estados se comportan como sujetos egoístas que compiten entre sí en busca de mayor poder, por su propia seguridad relativa y lo hacen en un panorama de peligroso caos.
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