No está de más desempolvar recuerdos para no olvidar errores de antaño, uno de esos errores fue el desastre (que no accidente) del Challenger. Cuando los ingenieros intentaban desesperadamente convencer a sus jefes de que un lanzamiento al día siguiente podía ser muy arriesgado un ejecutivo de la misma empresa, miró a Bob Lund, gerente del departamento de ingeniería y le dijo: "Bob, tienes que ponerte en la piel de un gestor y no en la de un ingeniero". Estoy seguro que Bob Lund, se sintió terriblemente responsable por ceder ante la presión.
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