Pintan parte de la fachada con pintura amarilla (en un arco) y ponen un letrero luminoso con un pollo... En su defensa, el párroco aduce que "en museos de la ciudad funcionan restaurantes y cafeterías para facilitar la sostenibilidad", lo cual es respondido con "¿Por qué no ponemos una venta de colchones en el Museo Nacional o una fonda antioqueña debajo de las escalas del Capitolio?"... en fin. La puta pela, Sancho.
|
etiquetas: religión , católica , gourmet , ramoncin