Soeoth, ayudante de un sacerdote y conductor de taxi que nunca ha padecido problemas psicológicos, sufrió mareos, paranoia e insomnio durante dos días hasta que pasó el efecto de la medicación, según él. Sus abogados y los de otro inmigrante presentaron una moción en el Tribunal federal de Los Angeles para exhortar al juez a que prohiba las sedaciones forzadas después de enterarse de que otro inmigrante recibió presuntamente la inyección de drogas antipsicóticas en una cárcel de Santa Ana hace dos semanas.
|
etiquetas: sedacion , deportacion , eeuu