Las tres mujeres eran obligadas por ellos a ejercer la prostitución en un club de alterne de esta ciudad, siempre bajo su vigilancia. Cuando las ganancias generadas por el trabajo de las tres jóvenes no eran las esperadas, eran vejadas y agredidas por los mismos, llegando incluso a efectuarles heridas cortantes con cuchillas en los antebrazos.
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