El contrato se extendía desde septiembre a diciembre de 2007, pero el empresario no dio de alta en la Seguridad Social a la víctima, por lo que se le condena a dos años de prisión y una multa de 900 euros. La pena es la que solicitaba el Ministerio Fiscal, ya que no se ejerció la acusación particular. El condenado mostró su conformidad tanto con los hechos que se le imputaban como por la pena que se le reclamaba, por lo que el juicio no se llegó a celebrar.
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EDITO: Vale, #2
Aunque estaría bien alguna indeminzación para el damnificado, porque imagino que los 900 euros serán para el fisco.
Por si fuera poco, está al frente de la CEOE y encima se le aplaude.
En este pais hay cosas que no funcionan...
"El condenado mostró su conformidad tanto con los hechos que se le imputaban como por la pena que se le reclamaba, por lo que el juicio no se llegó a celebrar."
Con lo que
#8: no le llegaron a sentenciar, acepto esa "oferta" por parte del fiscal.
#5 no hace falta se juez para ver si es proporcionada o desproporcionada: el fiscal hace una oferta, y el acusado la admite. No hubo juicio por que ambas partes estaban conforma, luego pensarian: 1 no es desproporcionada ó 2: callate y aceptalo no sea que miren mas.
#4 ¿que sentencia? no hubo juicio
Por otra parte, una condena de 2 años de cárcel, aunque no llegue a ir a la cárcel, supone (hablo de memoria, me puedo equivocar) 2 años + 3 años para cancelación de antecedentes = 5 años en los que se tiene que cuidar muy mucho de no hacer el tonto, porque va a la cárcel por darle un golpe mal dado a alguien o, por supuesto, si reincide.
Seguro que se le quitan las ganas de volver a hacerlo.
Lo siento, tenía que ponerlo. Negativos a mí...
También me parecería bien que un político si hace lo contrario, esto es, si da de alta a alguien que nadie le ha pedido se le multe de igual forma.
No pagar la S.S. es grave porque el fisco deja de recaudar (en el caso del post unos 800 euros). Pero inventarse un puesto para un enchufado en una administración cuesta (20.000 euros brutos año X 30 años hasta la jubilación del enchufado) cien millones de las antiguas pesetas.
Llega un pobre muchacho inmigrante, sin recursos y durmiendo en un parque. El empresario se apiada y le ofrece a un pobre muchacho un trabajo. Pero no tiene los papeles en regla, porque su permiso de residencia estaría perdido en algún trámite burocratico durante varios meses. Pero para no tuviera que dormir en la calle y comer las sobras de los restaurantes, le permitió trabajar aunque todos los papeles no estuviesen en regla.
Entonces tiene la mala fortuna que llega una inspección de trabajo y le pillan en fragante delito. Un delito horrible que merece ponerle en la picota, cortarle la cabeza en público y hervirlo en aceite. Y que sirva de ejemplo para que todo el mundo vea los malos y ladrones que son todos los empresarios.