El 12 de febrero de 1947, a eso de las 10:30 a.m., en el cielo se desplegaba la que puede ser la mayor estela observada por el hombre en el siglo XX. Se trataba de la caída del meteorito Sikhote-Alin, que a su entrada a la tierra dejó una huella polvo oscuro de unos 35 kilómetros de largo. El evento pudo verse a 350 kilómetros del punto de impacto.
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